...En el ocaso...

Hoy la luna ha salido pronto, como si quisiera acompañarme en este día tan sombrío. Hoy recuerdo muchas cosas que ahora parecen tan lejanas que están cubiertas con un fino velo opaco, como las nubes que cubren la luna en este ocaso, cubriéndolo todo de un halo de magia. Hoy he vuelto del viaje más largo de mi vida, y ahora me he encontrado con tu mirada burlona que me encadena a ti. Te busqué por mil mares tenebrosos, por las tierras más inhóspitas y las ciudades más cosmopolitas y solitarias. Lloré tu ausencia cada noche de luna nueva, cuando la oscuridad me abrazaba por ti. ¿Dónde te fuiste? No lo sé. Y ahora te encuentro cuando ya había perdido toda esperanza como si nada hubiera ocurrido.

Durante tres años fuiste mi ángel de la guarda, mi música del alba, la ilusión de esta niña cuando veía nevar. Diste alas a una mariposa que las había perdido, y la apremiaste a volar por encima del mar, por los acantilados donde rompen las olas con más fuerza. Llegaste como un torbellino de magia, como la lluvia cuando estalla en el estanque de nuestro parque. Pero según como llegaste, igual te fuiste. Me dijiste que querías viajar, que eras un alma inquieta. Esa tarde fue la última que estuve contigo, que me iluminaste con tu luz del medio día. Entonces me dejaste caer en el abismo más profundo del mundo, y solo por ti conseguí remontar la tristeza de tu ausencia. Y solo por ti, cambié mi vida. Cogí el primer tren rumbo donde nadie sabe. Te busqué en medio de la eternidad. Cada día me dormía lejos de ti pidiéndole a las estrellas despertarme a tu lado. Quise retroceder en el tiempo para volver a estar a tu lado y renacer como una flor en invierno. Pero no ocurrió. No te encontré.

Y ahora me pides que olvide lo que ocurrió, como si nada hubiera pasado. Como si las lagrimas que recorrieron mi rostro fueran parte del mar y no de mi alma que se fue contigo. Y ahora te susurro, muy bajito, al oído, que mi vida se escapó, la perdí cuando tú te fuiste y no la volví a encontrar. No, mi vida, no. El viento arrastra la arena de la playa en la que te encontré. Con el final llega la despedida que yo parto y continuo con el viaje de mi vida.