martes, julio 25, 2006

En la Cueva del Dragón.

¿Quién eres tú, que atesoras la luz?
Entre destellos habitas.
Irisados sueños como redes de araña
tejen tus días subterráneos.
Bajo tus párpados pasan los siglos
lentos como nubes sin brisa.
Vivías cuando todo surgió
a borbotones del fuego
y en las llamas del averno te saciaste.
Ascendiste a lo más profundo de la negrura,
allí donde las estrellas se apagan,
y te precipitaste luego a los abismos.
En tu vuelo de mil años y un día
todos los ecos trajeron los aires
y aprendiste las palabras todas.
Bajo tus párpados ahora pasan los siglos
grises como perezosas brumas.
Escuchaste gritar a los ángeles,
oíste alaridos de diablos,
y en el medio pusiste tu voz.
Contemplaste impávido tremendas batallas
en los campos gladios de la Eternidad,
y no entendiste el agravio.
Bajo tus párpados una lágrima
se desliza en recuerdo de los dioses.
Buscaste la belleza y no la hallaste,
pues la doncella fue solo amante
arrebatada por un héroe.
Encontraste la verdad y la bondad
en ojos ocultos tras los yelmos
mientras las espadas se enfrentaban a tus fauces.
Pero bajo tus párpados los siglos
ya no entienden de aventuras.