sábado, julio 22, 2006

:::Los libros que hacen soñar:::

Le agradaba que la Historia Interminable no tuviera nada que ver con esa realidad. No le gustaban los libros en que, con mal humor y de forma avinagrada, se contaban acontecimientos totalmente corrientes de la vida totalmente corriente de personas totalmente corrientes. De eso ya había bastante en la realidad y, ¿por qué había que leer además sobre ello? Por otra parte, le daba soopatadas cuando se daba cuenta de que lo querían convencer a uno de algo.

Bastián prefería los libros apasionantes, o divertidos, o que hacían soñar; libros en los que personajes inventados vivían aventuras fabulosas y en los que uno podía imaginárselo todo.

Porque eso sabía hacerlo…, quizá fuera lo único que realmente sabía hacer: imaginarse algo tan claramente como si pudiera verlo y oírlo. Cuando se contaba a sí mismo sus historias, a menudo olvidaba todo lo que le rodeaba y se despertaba sólo al final, como de un sueño.





Fragmento de La Historia Interminable de Michael Ende.